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Cómo cultivar una planta de marihuana

10El cultivo de cannabis ha adquirido mayor relevancia recientemente, en particular en áreas donde su consumo con fines recreativos o medicinales es permitido.

No obstante, al igual que con otras especies vegetales, es crucial entender sus características biológicas y requerimientos para asegurar un crecimiento adecuado. A continuación, ofrecemos guías y recomendaciones para un cultivo exitoso de cannabis.

Entiende la legalidad

Antes de iniciar, es crucial comprobar si el cultivo de cannabis es permitido en tu zona o país. Las normativas cambian y, mientras que en ciertas áreas es lícito para consumo propio o terapéutico, en otras puede ser totalmente ilegal.

Elige la variedad

Hay principalmente dos variedades distintas de cannabis: Cannabis sativa y Cannabis indica. Ambas poseen particularidades únicas en relación con su altura, período de floración y los efectos que producen al consumirlas. Es fundamental investigar ambas para entender sus diferencias. Al hacerlo, podrás escoger la que mejor se adecue a tus requisitos y al espacio disponible para el cultivo.

Prepara el espacio de cultivo

Según decidas cultivar el cannabis al aire libre o en espacios cerrados, deberás acondicionar el lugar de manera adecuada:

  • Para espacios internos: es necesario contar con una iluminación específica, generalmente proporcionada por luces LED o CFL. La temperatura óptima se sitúa entre los 20 y 25 °C, y es crucial mantener una correcta ventilación para prevenir la condensación de humedad.
  • Para espacios al aire libre: es vital que las plantas reciban al menos 8 horas de sol directo diariamente. Es fundamental situarlas en una zona resguardada de ráfagas de viento y posibles plagas.

Elige el sustrato y decide la frecuencia de riego

El cannabis demanda un terreno que permita una adecuada circulación del aire y que posea un drenaje eficiente. Las fórmulas comerciales diseñadas para plantas de interior generalmente funcionan bien, pero es esencial cerciorarse de que no contengan químicos que puedan afectar negativamente a la planta. En cuanto al riego, su periodicidad variará según el tamaño del cannabis, el tipo de tierra utilizada y las condiciones climáticas. Es vital evitar saturar excesivamente la tierra, puesto que esto podría generar la formación de hongos y otras patologías. Un consejo útil es aguardar a que la superficie del terreno esté seca antes de proceder a un nuevo riego.

Nutrición y poda

El cannabis demanda una variedad de nutrientes diferentes a lo largo de sus etapas de desarrollo. Durante la fase de crecimiento, tiene una mayor necesidad de nitrógeno, mientras que en la etapa de floración, requiere una mayor cantidad de fósforo y potasio. En el mercado, se encuentran disponibles fertilizantes específicamente formulados para cada una de estas etapas de crecimiento. Es de suma importancia seguir al pie de la letra las indicaciones del fabricante al utilizar estos productos, con el fin de evitar una sobre fertilización que pueda ser perjudicial para la planta.

Planta de marihuana

La poda puede ser una técnica valiosa para aumentar la producción de flores y mantener el tamaño de la planta bajo control. Uno de los métodos más usuales es conocido como «topping«, que consiste en cortar la parte superior de la planta para estimular el desarrollo de ramas laterales.

Floración y cosecha

El proceso de floración de las plantas de marihuana está directamente relacionado con la cantidad de luz que reciben. En los cultivos al aire libre, generalmente, este proceso ocurre durante la temporada de otoño. En cambio, en los cultivos en interiores, es posible inducir la floración al reducir la duración de la exposición a la luz a 12 horas por día.

Determinar el momento óptimo para la cosecha dependerá de diversos factores, incluyendo la variedad de marihuana que estés cultivando y tus preferencias personales en cuanto a los efectos deseados. Por lo general, se considera el momento ideal cuando los tricomas, esos pequeños cristales que recubren las flores, muestran un aspecto lechoso o ámbar. Utilizar una lupa puede resultar muy útil para identificar con precisión cuándo ha llegado el momento adecuado para la cosecha.

Secado y curado

Después de recolectar las flores, es necesario secarlas en un espacio que esté oscuro, fresco y bien ventilado. Este proceso puede extenderse de una semana a diez días. Posteriormente, las flores se guardan en recipientes sellados herméticamente durante al menos un mes para llevar a cabo el proceso de curado, lo cual tiene el efecto de realzar su sabor y potencia.

Marihuana secándose

El cultivo de marihuana demanda paciencia, dedicación y un conocimiento elemental de los requerimientos de la planta. Siguiendo estos procedimientos y garantizando un ambiente adecuado, es probable que alcances una cosecha satisfactoria. No olvides la importancia de informarte sobre las leyes y regulaciones vigentes en tu localidad antes de emprender cualquier cultivo.

Publicado en Ocio